Nuestro primer Fotocollage
¿Cuál es ese momento/ lugar significativo que nos une cómo colectivo?
Sin duda, la playa de Scheveningen nos permitió a todos poner nuestra huella descalza… en esas arenas descansaron nuestros cuerpos y se maravillaron nuestras mentes con los atardeceres, los cantos y las historias que le regalamos al mar, y que hoy nos devuelve en sus olas. Los atardeceres holandeses desde el techo de nuestra “playa baja”, enmarcaron muchos momentos que moldearon nuestra amistad. Esa terraza fue fuente de inspiración, lugar de consuelo, espacio de celebración, pero ante todo es y seguirá siendo un gran recuerdo de nuestras experiencias individuales y nuestras memorias más especiales como amigos y como familia. Un lugar que nos moldeo y cambió, un lugar que también moldeamos y transformamos. El que nos enseñó lo importante de las relaciones y de preguntarnos por la ventana desde las que las interpretamos. En la búsqueda de nosotros mismos, no solo encontramos nuevas partes de cada uno, sino una nueva familia que entre cervezas, tardes de picnic, viajes en bicicleta, noches de estudio y un par de botellas de vino, calentó los días fríos de La Haya e hizo que el constante cielo gris siempre se viera del azul más profundo. La satisfacción de haber recorrido nuestro camino juntos. Allí en ese instituto donde empezó todo y que se convirtió en un segundo hogar, donde reímos, aprendimos, nos apoyamos, construimos y deconstruimos el mundo y a nosotros mismos. Una experiencia que nos mostró el poder de las palabras mientras soñábamos con menjurjes místicos y aromas exóticos. Un bonito recordatorio de las lecciones que se aprenden cuando nos permitimos jugar como niños. Desde esa pequeña tienda en el centro de Marrakech, hasta esos rincones en los que nos hemos reinventado por años, que lindo es saber que las mejores experiencias siempre vienen de forma inesperada cuando estás en familia. Las celebraciones de cumpleaños se convirtieron en rituales coloridos y diversos (a veces rayando en lo pueril, en el buen sentido de la palabra). Fue en esa ‘variopintez’ donde encontramos la confianza para explorar facetas desconocidas, aún de nosotrxs mismxs, y fortalecer los vínculos que de otra manera habrían sido mucho más efímeros. Logramos conocernos con la ingenuidad de una niña que le pregunta a otra si quiere ser su amiga y forman una amistad para toda la vida. Cada [email protected] de [email protected] comenzó una aventura individual, que se fue llenando de miradas cómplices con el paso del tiempo. No todo fue fácil, pero supimos darnos la mano y acompañar los caminos. En esos nuevos caminos siempre fue importante parar para pensar y poder seguir. Desaprendimos, nos reinventamos y nos reafirmamos en que somos parte de lo que queremos cambiar. Un viaje, muchas personas y un cierre. Lo que empezó como una aventura individual se culminó con un un viaje colectivo a un lugar remoto de colores y olores distintos. La sombra de los dromedarios/camellos(?) en la arena del desierto cobró sentido al estar rodeada de personas que fueron testigos y partícipes de cada una de nuestras aventuras individuales. Sentimientos de plenitud y satisfacción por la etapa que estábamos cerrando y de nervios y emoción por esperar lo nuevo en un lugar lejano.
❤️❤️❤️❤️